Las almas gemelas tienen los mismos intereses, su atracción no es sólo física y sexual, la ternura ocupa sus vidas y sus miradas. Ese amor trasciende la edad, la materia, la raza, el credo, las distancias. Al encontrarse, sienten una infinita necesidad de abrazarse, besarse y compartir su felicidad. Ambas desean crecer espiritual e intelectualmente, no existe entre ellas el egoísmo ni la individualidad y tienen el deseo de llevar a cabo una vida juntos.
Se complementan en todos los sentidos, casi piensan lo mismo. Se aceptan, se respetan, se quieren como son. Si se pelean parecen marchitarse como las flores y esto provoca rápidamente aclarar los malentendidos, con humildad y generosidad el uno por el otro.
Las almas gemelas comprenden que sus experiencias pasadas fueron la preparación para el reencuentro. Se atraen más fácilmente cuando los dos tienen buen humor, son activos, felices y conversan largamente. Logran reconocerse a través de sus ojos y entonces sabrán que esa es su otra mitad.
Si aún no has encontrado tu alma gemela, no entristezcas, aún no es hora, espera con fe y sabrás que sucederá y que esta vez será para siempre... ¡esta vez será un amor eterno!
(Romina González, María Salas)
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